En plena pandemia los medios nos bombardean con información pesimista y desalentadora: cientos de muertes diarias, prohibición de todo contacto físico, recomendación de quedarse en casa…

Es cierto que hemos perdido a muchos mayores, pero también es verdad que a otros muchos los estamos perdiendo poco a poco con un virus mucho más dañino: la soledad. Nuestros mayores tienen tanto miedo que deciden aislarse y encerrarse en casa a esperar que pase la tormenta, muchas veces incluso por decisión familiar. Pero, ¿cómo estarán cuando pase la tormenta? ¿Seguirán conservando la calidad de vida previa al covid-19?

Existen tantas teorías como personas, pero lo único cierto es que las amenazas para nuestra salud son muchas y muy variadas. Por ello, hay que aprender a normalizar las situaciones adversas y a convivir con ellas, como han hecho nuestros mayores con las guerras, las posguerras, el hambre y con aquellas enfermedades que en sus infancias no estaban erradicadas como ahora (sarna, sarampión, rubeola…). Ellos han luchado contra viento y marea, son unos supervivientes y ahora, al final de su vida, no podemos dejarles solos o encerrados, por el miedo que provoca la incertidumbre. Sin embargo, cada minuto que nuestros mayores pierden es irrecuperable, su reloj resta momentos, oportunidades de recuerdos que ya no van a volver. La principal causa de mortalidad en el mundo continúa siendo, según la OMS, la cardiopatía isquémica y el accidente cerebrovascular, que viene de repente, sin avisar; es decir, que de nada estamos a salvo. Por tanto, dejemos que en los últimos años de vida de nuestros mayores prime la calidad.

 

El centro de día como recurso contra la soledad

 

Una buena opción para mantener la calidad de vida de los mayores son los Centros de Día. Pero, ¿qué beneficios nos puede aportar la elección de este recurso?

En el Centro de Día se aúnan dos necesidades: por un lado, la necesidad de un tratamiento especializado con una atención integral para preservar todas sus capacidades y un buen estado de salud; por otro, el mantenimiento dentro de su entorno social para no perder sus raíces, el contacto con su vida y sus recuerdos.

En Villasaluten disponemos de todo tipo de servicios asistenciales para completar esa atención integral:

 

  • Actividades orientadas al mantenimiento y/o recuperación de las capacidades físicas y cognitivas dirigidas por terapia ocupacional, psicología, fisioterapia y logopedia. acompañamiento en procesos emocionales, actividades lúdicas y recreativas, etc.
  • Auxiliares de enfermería que proporcionan la ayuda necesaria en las actividades básicas de la vida diaria (aseo, ayuda en el vestido, alimentación, etc.)
  • Servicio médico y de enfermería que permanece alerta ante cualquier síntoma que sea susceptible de tratamiento y el cual colabora con el servicio de atención primaria y/o especialistas.
  • También disponemos de transporte adaptado, menús personalizados a cada situación o servicio de peluquería y podología.

 

 

Y lo más importante de todo: los mayores no están solos. Este recurso supone un regreso a la vida social activa en la persona mayor, que deja de ser mera espectadora para ser partícipe en la sociedad. El mayor vuelve a sentirse útil, realiza actividades y observa sus propios trabajos y progresos. Recupera relaciones sociales productivas y necesarias, ya que el ser humano es un ser social, no lo olvidemos. Vivimos en sociedad porque lo necesitamos, nos necesitamos. El mayor recibe cariño y escucha activa por parte de todos los profesionales, que no le juzgan, sino que le devuelven la voz.

En definitiva, ofrecemos mantener una vida activa, con calidad, pero al mismo tiempo con toda la seguridad que requiere esta situación, ya que disponemos de todas las medidas higiénico-sanitarias establecidas para minimizar cualquier posible riesgo.

Durante la pandemia, desgraciadamente hemos perdido a muchas personas, pero los daños colaterales al virus pueden ser más graves aún. Ahora más que nunca los mayores necesitan recuperar lo que sí han perdido con el covid, su situación vital. Aprovechemos los recursos, que no nos paralice el miedo, porque al miedo hay que mirarle a los ojos y decirle: “mis ganas de vivir pueden más que tú”.

 

Ana Martín Serrano: Trabajadora social de Villasaluten.

 

Te invitamos a que veas el resto de nuestros posts. Pincha en este enlace.

¡Síguenos en Facebook e Instagram!