El pasado 23 de septiembre, en virtud al Día Internacional de la Lengua de Signos desde el Centro de Día San Juan en Valladolid, nuestra logopeda Beatriz Valencia nos ha querido acercar a este interesante mundo con el propósito de apoyar la inclusión e identidad de la comunidad sorda y a otras personas usuarias de la lengua de signos, dando acceso a una comunicación accesible para todo el mundo.

Aunque podamos pensar que sólo se trate de una vía de comunicación más, diferentes estudios han demostrado que las personas que utilizan este tipo de lengua obtienen una serie de beneficios que podemos trasladar e incluir en nuestras terapias y estimulación que realizamos día a día con nuestros usuarios. Entre ellos encontramos:

  • Potenciar la agilidad mental.

Investigaciones constatan que el conocimiento de la lengua de signos mejora las habilidades mentales relacionadas con la memoria, la atención y la capacidad de resolver problemas.

  • Aumentar el campo y percepción visual.

Según Científicos de la Unidad Académica de Oftalmología de la Universidad Británica, la Lengua de Signos, al tratarse de un idioma totalmente visual, nos hace mejorar nuestra percepción y nuestro campo visual.

  • Frenar el avance de la artritis.

Organizaciones de México y Chile han puesto en marcha con éxito proyectos de aprendizaje de sus lenguas de signos en personas mayores, obteniendo los mismos efectos que con las terapias tradicionales

  • Potenciar las habilidades artísticas.

Las personas que aprenden lengua de signos tardan hasta un 35% menos de tiempo que las personas oyentes en encontrar los puntos más significativos de las obras de arte o descubren nuevos significados en la poesía.

  • Ayudar a controlar la expresión facial.

Una investigación de la Universidad de San Diego demuestra que el aprendizaje de la lengua de signos mejora la comunicación no verbal, ya que combina los gestos y la expresión facial, dos elementos clave de la comunicación interpersonal. Sabemos que el lenguaje no verbal es el espejo de nuestra alma. Nuestro lenguaje no verbal nos delata y muestra cómo nos sentimos en determinadas circunstancias, a pesar de que tratemos de aparentar lo contrario. La LSE tiene un componente muy expresivo y su dominio puede ayudarnos a ejercer un mayor control sobre el lenguaje no verbal.

  • Ayudar a conocer mejor los estados de ánimo.

Hablar con alguien en lengua de señas conlleva tener que estar muy pendiente de todos sus gestos, lo que permite conocer mejor cuáles son sus sentimientos, sensaciones y estados de ánimo, así como estimular la empatía.

Ahora que con la mascarilla y la distancia de seguridad cuesta comunicarnos más, quizás sea un buen recurso para paliar estas dificultades y continuar aprendiendo nuevas lenguas.

 

BEATRIZ VALENCIA / LOGOPEDA (Centro de día San Juan, Valladolid).